Lo que tengo esta vez son preguntas. Preguntas que me escuecen el ánimo y el alma. Preguntas de las que tengo la desoladora certeza de que no encontrarán respuesta, salvo aquella que remite sin apelaciones al proceso de dilución de las normas sociales que (¡oh mis viejas y empalidecidas lecturas!) Durkheim llamó “anomia”.
Si, somos progresivamente una sociedad sin normas. Incluso aquellas que organizan las relaciones primarias entre los individuos, las más naturales e íntimas, han ido desapareciendo por el embate de un individualismo procaz. No aquel que fue dinamo de la construcción de lo social privado e hizo de la persona sujeto de derechos individuales, sino uno que se regodea en la ordinariez de la vejación del otro, en esa cadena de micropoderes burdos cuyos eslabones tan bien describiera la Confederación Dominicana de Unidad Evangélica (CODUE) en su carta pastoral con ocasión del 27 de febrero.
He dicho que tengo preguntas, y añado que son argumentadas. No son las únicas, pero son las que deseo hacer ahora. ¿A quién? No lo tengo claro. Quizá a mi misma.
Pregunta 1.- ¿Cómo es posible que cinco ex rectores de la Universidad Autónoma de Santo Domingo no sientan rubor alguno en publicar una carta, a página completa en los medios de comunicación escritos, pidiéndole al presidente Leonel Fernández que indulte a un reo de delito de corrupción, sobre todo cuando aún resuena el eco del rechazo de que fueron objeto los indultos de diciembre? Adujeron que Fabio Ruiz, ex dirigente sindical uasdiano, tiene un comportamiento ejemplar en la cárcel de Najayo, pero sobre todo que es el único de los condenados por el expediente del Plan Renove que guarda prisión. Si la Justicia probó el delito y lo sancionó para resarcir a la sociedad ofendida, poco importa. Fabio Ruiz es un hombre “bueno” y si los otros fueron indultados, los cinco ex rectores no entienden por qué él no puede serlo.
Pregunta 2.- ¿Cómo es posible que la Policía supiera que el mayor de la Fuerza Aérea Dominicana Jorge Luis Vargas Cuello, presunto cabecilla del asalto a la empresa láctea Parmalat, tenía un prontuario grimoso, que incluye su vinculación con el asesinato de una pareja cuyos cadáveres fueron depositados en un tanque llenado con cemento para ocultarlos, y permitiera que su hoja de servicios en la FAD fuera “intachable” (no lo digo yo, lo dijo el jefe de la institución), al punto de ocupar el cargo de subdirector de La Voz de las Fuerzas Armadas? Podría pensar en un manejo deficitario de la comunicación interinstitucional, porque hacerlo en la capacidad camaleónica de Vargas Cuello no me cuadra. O en la connivencia en el delito, o en la convicción de que si alguna exhortación vale en el país es la de “sálvese quien pueda”, que sería todavía peor.
Pregunta 3.- ¿Cómo puedo confiar en que el turismo, primera fuente de divisas, apuntalará nuestro ya dudoso “blindaje” frente a la crisis global, cuando desde la secretaría que dirige el sector se diseña, por ejemplo, la cimera “¿estrategia?” de captar el mercado “étnico” en los Estados Unidos, sin parar mientes en que en febrero pasado casi el 11 por ciento de los trabajadores hispanos estaba desempleado? Quizá me de una respuesta la impericia en el cargo de Francisco Javier García. Quizá me la dé la necesidad de las autoridades de embutirnos dosis masivas de inútil esperanza.
Pregunta 4.- ¿Cómo creer en los porcentajes bombardeados en un discurso el 27 de febrero, sin ofrecer datos aritméticos, en el que se me dice que una demoledora demostración de nuestra imbatible fortaleza es que, respecto a 2007, en 2008 el turismo suizo creció en 15.8%; el colombiano en 19.4%; el argentino en 28.4% y el chileno en 35.1%, y que hasta los rusos han disparado su porcentaje de visitas en 85.3% sin informarme (para estos últimos no hay datos públicos) que todos estos extraordinarios porcentajes suman apenas 24,940 turistas más? Conciliadora, me digo que los porcentajes pueden ser alucinatorios y que sustituyen legítimamente drogas prohibidas sin que nadie se aperciba.
Pregunta 5.- ¿Cómo creer ni siquiera en la aritmética de quien citó en su discurso ¿"de rendición de cuentas?" los anteriores porcentajes si es capaz de decirle a Fidel Castro que él llama trillón al billón norteamericano que, citándolo, escribe el dictador cubano, tiene la equivalencia exacta de “un millón de millones”, cuando según la RAE (Real Academia Española) un trillón es “un millón de billones”, y que a diferencia de lo que expresa en inglés, es una (o varias) unidad (es) seguida(s) de 18 y no de 12 ceros? Quizá en el caso de cualquier trilingüe esta adición incorrecta de ceros sea justificable, pero no sé si lo es en quien ofrece al disminuido Castro una lección sobre las imposibilidades de supervivencia del inmundo sistema capitalista. Pero pensándolo mejor, quizá es por eso que las cuentas nacionales le salen tan requetebién.
Pregunta 6.- ¿Cómo aceptar que la primera dama Margarita Cedeño de Fernández asista a una reunión en el inubicable reino de Bahrein para participar en una conferencia sobre trata de personas y hable solo de lo que hace el Despacho de la Primera Dama (creado por Hipólito Mejía) y no de lo que ha hecho (o dejado de hacer) la Comisión Nacional contra la Trata de Personas nombrada por su marido mediante el Decreto No. 575-07 y encabezada por la secretaría de Relaciones Exteriores, y que tampoco se le ocurra mencionar, según las notas de sus relacionistas, la Ley 137-03 (otra vez el, con razón, odioso Mejía) sobre tráfico ilícito de migrantes y trata de personas? En este caso me gustaría que me responda el canciller Carlos Morales Troncoso o la secretaria de la Mujer, Alejandrina Germán. Esperaré sentada.
Pregunta 7.- ¿Cómo es posible que ni la Presidencia de la República ni el Despacho de la Primera Dama hayan dicho al país cuánto le costó a los contribuyentes el portal “de carácter global, que servirá como plataforma de coordinación, comunicación y difusión de las acciones y prácticas exitosas en la lucha incansable contra la Trata de personas, con el objetivo de consolidar sinergias e impulsar iniciativas contra este mal.”, que entregó Margarita Cedeño de Fernández a las organizaciones participantes en el “Human Trafficking at the Crossroads” (La gran encrucijada de la Trata de Seres Humanos)? No digo, para responderme esta pregunta, que esté echando sus zapatas una monarquía constitucional, pero me gustaría saber con cuánto contribuyeron mis mermados bolsillos a este nuevo despliegue de poder usurpado.
Si, somos progresivamente una sociedad sin normas. Incluso aquellas que organizan las relaciones primarias entre los individuos, las más naturales e íntimas, han ido desapareciendo por el embate de un individualismo procaz. No aquel que fue dinamo de la construcción de lo social privado e hizo de la persona sujeto de derechos individuales, sino uno que se regodea en la ordinariez de la vejación del otro, en esa cadena de micropoderes burdos cuyos eslabones tan bien describiera la Confederación Dominicana de Unidad Evangélica (CODUE) en su carta pastoral con ocasión del 27 de febrero.
He dicho que tengo preguntas, y añado que son argumentadas. No son las únicas, pero son las que deseo hacer ahora. ¿A quién? No lo tengo claro. Quizá a mi misma.
Pregunta 1.- ¿Cómo es posible que cinco ex rectores de la Universidad Autónoma de Santo Domingo no sientan rubor alguno en publicar una carta, a página completa en los medios de comunicación escritos, pidiéndole al presidente Leonel Fernández que indulte a un reo de delito de corrupción, sobre todo cuando aún resuena el eco del rechazo de que fueron objeto los indultos de diciembre? Adujeron que Fabio Ruiz, ex dirigente sindical uasdiano, tiene un comportamiento ejemplar en la cárcel de Najayo, pero sobre todo que es el único de los condenados por el expediente del Plan Renove que guarda prisión. Si la Justicia probó el delito y lo sancionó para resarcir a la sociedad ofendida, poco importa. Fabio Ruiz es un hombre “bueno” y si los otros fueron indultados, los cinco ex rectores no entienden por qué él no puede serlo.
Pregunta 2.- ¿Cómo es posible que la Policía supiera que el mayor de la Fuerza Aérea Dominicana Jorge Luis Vargas Cuello, presunto cabecilla del asalto a la empresa láctea Parmalat, tenía un prontuario grimoso, que incluye su vinculación con el asesinato de una pareja cuyos cadáveres fueron depositados en un tanque llenado con cemento para ocultarlos, y permitiera que su hoja de servicios en la FAD fuera “intachable” (no lo digo yo, lo dijo el jefe de la institución), al punto de ocupar el cargo de subdirector de La Voz de las Fuerzas Armadas? Podría pensar en un manejo deficitario de la comunicación interinstitucional, porque hacerlo en la capacidad camaleónica de Vargas Cuello no me cuadra. O en la connivencia en el delito, o en la convicción de que si alguna exhortación vale en el país es la de “sálvese quien pueda”, que sería todavía peor.
Pregunta 3.- ¿Cómo puedo confiar en que el turismo, primera fuente de divisas, apuntalará nuestro ya dudoso “blindaje” frente a la crisis global, cuando desde la secretaría que dirige el sector se diseña, por ejemplo, la cimera “¿estrategia?” de captar el mercado “étnico” en los Estados Unidos, sin parar mientes en que en febrero pasado casi el 11 por ciento de los trabajadores hispanos estaba desempleado? Quizá me de una respuesta la impericia en el cargo de Francisco Javier García. Quizá me la dé la necesidad de las autoridades de embutirnos dosis masivas de inútil esperanza.
Pregunta 4.- ¿Cómo creer en los porcentajes bombardeados en un discurso el 27 de febrero, sin ofrecer datos aritméticos, en el que se me dice que una demoledora demostración de nuestra imbatible fortaleza es que, respecto a 2007, en 2008 el turismo suizo creció en 15.8%; el colombiano en 19.4%; el argentino en 28.4% y el chileno en 35.1%, y que hasta los rusos han disparado su porcentaje de visitas en 85.3% sin informarme (para estos últimos no hay datos públicos) que todos estos extraordinarios porcentajes suman apenas 24,940 turistas más? Conciliadora, me digo que los porcentajes pueden ser alucinatorios y que sustituyen legítimamente drogas prohibidas sin que nadie se aperciba.
Pregunta 5.- ¿Cómo creer ni siquiera en la aritmética de quien citó en su discurso ¿"de rendición de cuentas?" los anteriores porcentajes si es capaz de decirle a Fidel Castro que él llama trillón al billón norteamericano que, citándolo, escribe el dictador cubano, tiene la equivalencia exacta de “un millón de millones”, cuando según la RAE (Real Academia Española) un trillón es “un millón de billones”, y que a diferencia de lo que expresa en inglés, es una (o varias) unidad (es) seguida(s) de 18 y no de 12 ceros? Quizá en el caso de cualquier trilingüe esta adición incorrecta de ceros sea justificable, pero no sé si lo es en quien ofrece al disminuido Castro una lección sobre las imposibilidades de supervivencia del inmundo sistema capitalista. Pero pensándolo mejor, quizá es por eso que las cuentas nacionales le salen tan requetebién.
Pregunta 6.- ¿Cómo aceptar que la primera dama Margarita Cedeño de Fernández asista a una reunión en el inubicable reino de Bahrein para participar en una conferencia sobre trata de personas y hable solo de lo que hace el Despacho de la Primera Dama (creado por Hipólito Mejía) y no de lo que ha hecho (o dejado de hacer) la Comisión Nacional contra la Trata de Personas nombrada por su marido mediante el Decreto No. 575-07 y encabezada por la secretaría de Relaciones Exteriores, y que tampoco se le ocurra mencionar, según las notas de sus relacionistas, la Ley 137-03 (otra vez el, con razón, odioso Mejía) sobre tráfico ilícito de migrantes y trata de personas? En este caso me gustaría que me responda el canciller Carlos Morales Troncoso o la secretaria de la Mujer, Alejandrina Germán. Esperaré sentada.
Pregunta 7.- ¿Cómo es posible que ni la Presidencia de la República ni el Despacho de la Primera Dama hayan dicho al país cuánto le costó a los contribuyentes el portal “de carácter global, que servirá como plataforma de coordinación, comunicación y difusión de las acciones y prácticas exitosas en la lucha incansable contra la Trata de personas, con el objetivo de consolidar sinergias e impulsar iniciativas contra este mal.”, que entregó Margarita Cedeño de Fernández a las organizaciones participantes en el “Human Trafficking at the Crossroads” (La gran encrucijada de la Trata de Seres Humanos)? No digo, para responderme esta pregunta, que esté echando sus zapatas una monarquía constitucional, pero me gustaría saber con cuánto contribuyeron mis mermados bolsillos a este nuevo despliegue de poder usurpado.
Borges decia que la democracia era un "curioso abuso de la estadistica". En respuesta a tu pregunta 4. Ahora, mas que curioso es burdo, pateticamente burdo.....como todo lo demas que pueda responder tus otras preguntas. La gran pregunta es, que vamos a hacer con todo eso en el 2010, en el 2012 y ahora!
ResponderEliminarMargot, como de costumbre me deleito con tus agudos comentarios, bien escritos y certeros, pero tambien me dan una cosa en el alma....porque hasta cuando seguiremos en este nivel de preguntas sin respuestas?
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