Hace rato que Joe Biden, el sonriente vicepresidente de los Estados Unidos, está junto a su rubísima mujer. Hace rato que le contó al presidente Barack Obama cómo le fue con los presidentes centroamericanos en una reunión precedida de pronósticos agoreros pero en la cual, finalmente, la sangre no llegó al río.
La brevísima reunión sigue sin embargo provocando efectos en el país, algunos retardados: hay quienes –atormentados por lo que interpretan como un menoscabo inadmisible—persisten en buscarle la quinta pata al gato de la objeción norteamericana a la participación del presidente Leonel Fernández en ella.
Y en este esfuerzo cortocircuitan su propio cerebro inventando tesis que hagan aparecer la exclusión como la represalia de los Estados Unidos contra un presidente Fernández que afirma su “independencia” visitando al octogenario Fidel Castro, alabando al venezolano Hugo Chávez, y hablando desde tantos puntos de vista sobre la crisis actual del capitalismo que solo un mago puede saber por cuál de las formulaciones de su “pastiche” opta finalmente.
Tengo la impresión de que aquellos que buscan convertir esta ausencia en épica han rizado demasiado el rizo. Que los Estados Unidos interpusieran su veto no castiga las veleidades políticas de Fernández, tan de circunstancias, por demás. El veto surge de que Washington no consideró a la República Dominicana un interlocutor imprescindible, simple y llanamente.
Que Fernández se tomara una foto con Fidel Castro, le hablara de pelota, lo confundiera al hacer equivalentes el billón (en inglés) y el trillón (en español) y le repitiera su crítica a la voracidad capitalista, no son motivos de la exclusión, por mucho que se esfuercen los áulicos del mandatario en hacerlos aparecer como tales.
¿Acaso no estuvo como invitado en la reunión Mauricio Funes, recién electo presidente de El Salvador por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), aguerrido grupo guerrillero devenido partido político? ¿Acaso no llegó Biden a San José procedente del chileno Santiago, donde se entrevistó con la socialista Michelle Bachelet? ¿Acaso no ha propuesto el derechista Sarkozy remedios críticos para el enfermo capitalismo de una radicalidad que hace enarcar las cejas? ¿Acaso fotografiarse con Fidel Castro no ha sido siempre una frivolidad turística más que una declaración ideológica incontestable?
Escuchando y leyendo algunos “análisis” sobre el tema debo admitir forzosamente que el de la ciguapa, caminando en sentido contrario a su destino, no es nuestro único mito fundacional.
La brevísima reunión sigue sin embargo provocando efectos en el país, algunos retardados: hay quienes –atormentados por lo que interpretan como un menoscabo inadmisible—persisten en buscarle la quinta pata al gato de la objeción norteamericana a la participación del presidente Leonel Fernández en ella.
Y en este esfuerzo cortocircuitan su propio cerebro inventando tesis que hagan aparecer la exclusión como la represalia de los Estados Unidos contra un presidente Fernández que afirma su “independencia” visitando al octogenario Fidel Castro, alabando al venezolano Hugo Chávez, y hablando desde tantos puntos de vista sobre la crisis actual del capitalismo que solo un mago puede saber por cuál de las formulaciones de su “pastiche” opta finalmente.
Tengo la impresión de que aquellos que buscan convertir esta ausencia en épica han rizado demasiado el rizo. Que los Estados Unidos interpusieran su veto no castiga las veleidades políticas de Fernández, tan de circunstancias, por demás. El veto surge de que Washington no consideró a la República Dominicana un interlocutor imprescindible, simple y llanamente.
Que Fernández se tomara una foto con Fidel Castro, le hablara de pelota, lo confundiera al hacer equivalentes el billón (en inglés) y el trillón (en español) y le repitiera su crítica a la voracidad capitalista, no son motivos de la exclusión, por mucho que se esfuercen los áulicos del mandatario en hacerlos aparecer como tales.
¿Acaso no estuvo como invitado en la reunión Mauricio Funes, recién electo presidente de El Salvador por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), aguerrido grupo guerrillero devenido partido político? ¿Acaso no llegó Biden a San José procedente del chileno Santiago, donde se entrevistó con la socialista Michelle Bachelet? ¿Acaso no ha propuesto el derechista Sarkozy remedios críticos para el enfermo capitalismo de una radicalidad que hace enarcar las cejas? ¿Acaso fotografiarse con Fidel Castro no ha sido siempre una frivolidad turística más que una declaración ideológica incontestable?
Escuchando y leyendo algunos “análisis” sobre el tema debo admitir forzosamente que el de la ciguapa, caminando en sentido contrario a su destino, no es nuestro único mito fundacional.
Y porque entonces la exclusión?, me queda la duda que a muchos dominicanos pues si no es por sus andanzas simpatías y amistosos decires sobre dictadores marxistas, uno con infulas de nuevo Bolivar pidiendo mar para una Bolivia que lo perdió en una guerra, que justa o no forma parte del pasado pero del eterno presente político de un país que sentado en el oro hecho agua y gas, mira con envidia como nosotros los chilenos prosperámos y el otro anquilosado barbudo sometiendo a su pueblo al hambre diariamente mientras él y su partido interno comen los más deliciosos manjares europeos haciendo un simil ineludible a la profetica visión de Orwell en su clásico 1984. Si no es por esa relación con estos dos odiados y hoy archi-enemigos del gringo orgulloso representados democraticamente por un moreno de voz dulce que pareciese tener vestidura de oveja y al cual aún no se le alcanza a ver el camuflado lobo; me pregunto nuevamente porque es?
ResponderEliminarPodemos ponernos sentimentales, hacernos los sentidos pero en el área política las cosas son batante más aterrizadas, debería haber algún comunicado de parte de los Estados Unidos de America respecto al porque no les permiten ingresar a aquella instancia?, de no ser así podrían sentirse claramente marginados del respeto que cada país se merece. Obviamente empiezan luego como una reducida familia a emitir opiniones tales como: "querida, los vecinos hicieron una fiesta y no nos invitaron, malditos malagradecidos, que cosa les habremos hecho que nos tienen tanta mala, si siempre les hemos tratado bien, siempre les hemos tenido por buenos vecinos, así nos pagan"...quizás en una casa estuviese acertado, pero un País?...y la diplomacia dominicana...where are they?
P.D: Michelle Bachelette es "Socia-lista" de la boca hacia fuera, en el más intenso significado de la palabra ni siquiera asoma un parecido a su símil Boliviano o Venezolano, eso se agradece hasta cierto punto, pues tener presidentes marxistas con anquilosadas practicas que luego de la caída del muro de Berlín demostraron cuanta "libertad" coartaban en nombre de un "ideario colectivo" y cuantas fechorías se hacían en nombre del "comunismo" es un martirio. Pero se desearía que la presidente usara siquiera un poco de este "espíritu de igualdad" para asumir con empeño mejoras en la salud y educación de nuestro pueblo que en comparación a otros obvio que son mejores, pero si nos consolamos con el mal de muchos, seriamos siempre los tontos de siempre. A la presidente la faltó valentía para aplicar a nuestro sistema siquiera un poco de igualdad no esa igualdad mediocre de un sistema marxista, si no hacer de Chile un país de economía mixta más equilibrado, donde se le quite al rico mediante impuestos duros el suficiente dinero que sirva para aplacar la enorme diferencia social imperante entre un rico y un pobre, sólo superada en America latina por Haití...sus "queridos" vecinos.
Alejandro Rivera G.
Chile