martes, 7 de abril de 2009

El inaceptable chantaje social de Alejandro Williams

No hubiera querido escribir en mi blog, que envío a mis amigos y amigas, sobre Alejandro Williams. Tanto he hablado de él en los últimos días que temo ser fastidiosa. Pero algunas de sus afirmaciones vertidas en la entrevista con la periodista Alicia Ortega me obligan a no quedarme callada porque agregan a su abuso de poder un chantaje social para mi ntolerable.


Según Williams, y lo dice convencido, las críticas que recibe son expresión fehaciente de la discriminación social y racial de la que es víctima. Inmerecidas, por tanto. Solo los “sangre azul”, que no soportan que un hombre negro y de origen humilde haya alcanzado relevancia social y riqueza, pretenden por todos los medios echar lodo sobre su “intachable” conducta.


El senador no está solo en su percepción maniquea de la realidad. Antes y después de él, muchos han apelado y apelarán a la victimización paradójica para mantener siempre a flote su hipertrofiado ego, tercamente remiso a la aceptación del error. Una variante del argumento de Williams es, por ejemplo, la afirmación de su antípoda, el ex banquero Ramón Báez Figueroa, blanco y de “familia”, de que su bien ganada prisión en Najayo es hija de la intolerancia vernácula al éxito ajeno y no del fraude con el que él empobreció a más de un millón de dominicanos y dominicanas. El infierno son los otros.


Pero todo anverso tiene su reverso. Yo podría interpretar, si me viniera en ganas o quisiera desviar la atención, que Williams ha incurrido en el delito de violencia de género, sancionado por el Artículo 309-1 de la Ley 24-97, porque saltándose olímpicamente el Artículo 46 de la Ley No. 6132 de Expresión y Difusión del Pensamiento no mandó a “investigar” a Félix Calvo, primero en la jerarquía del digital 7dias.com.do, sino a mi, a quien pudo creer vulnerable por mujerilmente asustadiza. Tampoco lo hizo con Miguel Franjul, director del Listín Diario, sino con mi entrañable colega María Isabel Soldevila.


¿Por qué no puedo presumir que deliberadamente él intentó abusarme en mi condición de mujer cuando me escogió como una de sus “investigadas”? ¿Por qué no puedo suponer que la advertencia del “detective” Marcos Martínez de que volvería a mi lugar de trabajo para hacerme hablar confiaba en que no tengo la fuerza física necesaria para darle un puñetazo que, dejándolo tendido sobre el piso y con dos dientes flojos, le demostrara que soy de cuidado? ¿Por qué no puedo pensar que cuando Williams me incluyó en su lista lo hizo convencido de que ante la presión masculina yo aceptaría la violación de mis derechos sin siquiera chistar y delataría la fuente de la información que lo preocupa?


No dudo que Alejandro Williams haya sido víctima de discriminaciones. Pero lo que no puede él pretender es que su color y su origen se conviertan en licencia para ejercer depredadoramente el poder político del que ahora disfruta, dicen que por vía vicaria. No por lo menos en este caso que me concierne.


Quizá él me escogió para intimidarme porque soy mujer --y escogió a María Isabel y a Norma por lo mismos motivos-- y, en su imaginario sexista, una presa fácil del miedo. Pero que conste: no denuncio a Alejandro Williams por negro y pobre exitoso al que mi envidia menosprecie, sino porque hasta el momento mismo de mi muerte voy a defender con incontrolable fiereza los derechos de mi (ilusoria, lo acepto, pero irrenunciablemente mía) condición de ciudadana. Esa condición tan preciada para mí es lo que Williams ha vulnerado. Y que lo sepa: su abuso no quedará impune.

3 comentarios:

  1. Mi solidaridad personal para con una mujer que merece en esta y muchas otras oportunidades, el respaldo por su actitud y trayctoria. En mi nombre del CDP seguimos a disposición para que se de una lección de firmeza al Sr. Williams,
    JOSE RAFAEL SOSA

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  2. Maldita gripe. ..http://paisdeficcion.blogspot.com/2009/04/maldita-gripe.html

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  3. La solidaridad unánime de las cientos de mujeres que componemos la FUNDACION MUJER,con asiento en Jarabacoa, y la mia propia, para una mujer símbolo de entereza, coraje, capacidad y sabiduría, a quien no por la admiracion que le profeso, por ser una de mis mentoras en la hermosa carrera del Periodismo, ni mucho menos por el cariño, respeto y apoyo con que le distingue mi familia, nos hacemos eco de las palabras de Margarita, las que apoyamos sin condiciones. Y a Williams, quiero decirle que a Margarita no se la intimida. Busque su historia política y profesional y sabrá por qué. No, Sr.Williams... Igual que ella, hay otras muchas mujeres de coraje y entereza, como la joven, bella y talentosa Maria Isabel Soldevila,llena de las mismas gallardia y virtudes que adornan a Margarita. Para Norma, a quien no tengo el placer de conocer, mi solidaridad y respeto.

    Gloria Pérez, de la FUNDADION MUJER, de Jarabacoa.

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