martes, 21 de abril de 2009

Por respeto a Peña Gómez

Soy y seré siempre una reverente admiradora de José Francisco Peña Gómez, con quien la historia dominicana tiene importantes deudas impagadas. Lo admiré entonces, y lo admiro aún hoy, por esa capacidad extraordinaria que tuvo de romper con los esquemas sociales y políticos a los que muchos hubieran querido verlo irremisiblemente sujeto, perrunamente entregado.

No olvidaré nunca aquel discurso, pronunciado frente a una multitud que solo él era capaz de convocar y en la postrimería de su vida, reivindicando su origen por encima de los prejuicios sociales de eunucos encubiertos del poder social y económico que le susurraban al oído “consejos” sobre la conveniencia de mantenerse a la sombra para no perturbar las posibilidades electorales del perredeísmo.


Siento una profunda e íntima satisfacción cuando repaso los tomos editados de sus discursos pronunciados aquí y en el extranjero que tengo en mi biblioteca y compruebo la actualidad de su pensamiento. Me lleno de orgullo cuando el Diccionario de política, editado bajo la dirección del eximio teórico italiano Norberto Bobbio, de Nicola Matteucci y Gianfranco Pasquino, cita una frase de su intervención en la reunión de la Internacional Socialista celebrada en el país en 1980, para dar cuerpo teórico a la apreciación del Comité Editorial sobre la tensionada relación entre los socialdemócratas europeos y latinoamericanos, más radicales estos últimos por convencidos de la necesidad de enfrentar situaciones concretas desterradas por la dinámica social de la realidad de los primeros.


Pero José Francisco Peña Gómez ha sido convertido por su partido en una muñeca Barbie. Es el producto estrella de la marca comercial-electoral Partido Revolucionario Dominicano (¿Martell?), y nada más. Uso espurio de una imagen y un nombre por recomendación de un “marketing” salvaje y negador de lo que él fue. Instrumentalización serpentina de un legado que el PRD rechaza en lo que tiene de dolorosa exigencia de ruptura.


José Francisco Peña Gómez fue un rebelde, y solo esta condición, que le opuso de manera sistemática a los poderes fácticos, explica el ascenso de su estrella y su liderazgo popular aún hoy insuperable. Él alcanzó la cima pese a todos los odios sociales, cardenalicios, pontificios, políticos, raciales, económicos o de cualquier sospechada o insospechada naturaleza, a fuerza de ser él mismo, sin concesiones, y estimulado por el convencimiento de que el pueblo es menos estúpido de lo que creen las clases dirigentes y los abundantes políticos de pacotilla. Él supo siempre (o casi siempre) dónde estaba la razón, y no cedió un ápice en su defensa. Por eso tuvo la fuerza moral de decir “yo los perdono” la noche misma en que la muerte se lo arrebató al pueblo, aunque no a la egoísta Historia.


Hoy el PRD se pliega a las posiciones sociales ultraconservadoras para agenciarse el favor de quienes lo despreciaron a él y a José Francisco Peña Gómez y seguirán despreciándolos, per secula seculorum, incluso si, como ahora, el perredeísmo se le arrastra a los pies porque en la secretaría general tiene a un miembro, dicen, del Opus Dei, esa rastrera organización católica asociada a las mayores perversiones sociales y políticas desde que fuera fundada en 1928 por Josemaría Escribá de Balaguer, canonizado por el criticado Benedicto XVI por sus muy poco cristianas posiciones sobre aspectos cardinales de la humanidad. Y porque en la presidencia tiene a un hombre que en algún momento le puso los puntos sobre las íes al Cardenal López Rodríguez, enemigo acérrimo del perredeísmo, pero que ahora se ha dejado convencer por un cálculo político infantil: el que asegura que el PRD suma votos si apoya el artículo 30 del proyecto de reforma frente al cual, y deben leerlo, el presidente Fernández se rasgó farisaicamente las vestiduras en una entrevista concedida en Trinidad y Tobago.


Es público que muchos asambleístas perredeístas disienten de la “línea” bajada por el militante católico (¿opusdeista?) Orlando Jorge Mera, y por el irresoluto Ramón Alburquerque. Pero aunque pudieran marcar la diferencia, reivindicando para el PRD el legado de José Francisco Peña Gómez, se dice que por razones "disciplinarias" votarán a favor de la aprobación del Artículo 30, negación radical de las posiciones socialdemócratas internacionales que las autoridades del partido quieren reconquistar mintiendo groseramente sobre su adscripción a las demandas de la sociedad dominicana.


¿Disciplina partidaria que obliga a actuar contra la propia conciencia? Inútil. Recuerden los y las perredeístas que cuando José Francisco Peña Gómez se vio cercado por la lucha de tendencias que amenazaron su liderazgo, formó el Bloque Institucional Socialdemócrata (BIS). Hagan los asambleístas del PRD honor a la capacidad de José Francisco Peña Gómez de ser él mismo, de actuar según su inteligente convencimiento. Ni los compromisos personales con el cardenal López Rodríguez de Orlando Jorge Mera, ni la extraña indecisión de Ramón Alburquerque, pueden determinar el voto de los asambleístas del PRD, un partido que quiere seguir siendo, por lo menos lo proclama, el partido de la esperanza nacional.

Los perredeístas le enseñaron a esta sociedad, batiéndose a riesgo de su vida durante los doce años de Balaguer, lo que es la democracia, la disidencia y pensar con cabeza propia. Ahora sus asambleístas no deberían traicionar en la discusión de este martes, y por la inconciencia de servir a intereses que no son colectivos, la propia historia y la memoria de un hombre admirable por haber estado siempre más allá de su momento. Y sobre todo las mujeres perredeístas: no traicionen con la inconsistente excusa política de la disciplina partidista el legado de un hombre que luchó como ninguno por el empoderamiento social y político de las mujeres.


A Orlando Jorge Mera y a Ramón Alburquerque les es fácil trazar “línea” porque el primero puede tener todos los hijos que le venga en ganas, dinero tiene para mantenerlos; el segundo porque cree que gana “puntos” que puede echar en la bolsa de sus aspiraciones de cualquier tipo.


Los asambleístas, hombres y mujeres, del PRD tienen otros motivos para actuar: la conciencia de que son mandatarios de un pueblo que los eligió para representarlo. Tienen también esa dolorosamente difusa lealtad a la memoria de José Francisco Peña Gómez que es orgullosa leatad a la libertad del ser humano y a la democracia.

4 comentarios:

  1. Mi querida Margarita, me adhiero ferviente e incondicionalmente a tus brillantes planteamientos. En el PRD no podemos ser socialdemócratas para renegar las políticas económicas neoliberales, que de hecho también hemos abrigado en virtud de las cambios que plantea la globalización a nuestro modelo de desarrollo económico y social, y para muestra basta la famosa "La Tercera Vía" de Anthony Giddens, implementada por Tony Blair en Gran Bretaña. Respecto a la interrupción del embarazo en situación de riesgo para la madre, estoy segura de que el PRD en su postura oficial JAMAS respaldará ese anacrónico artículo 30 emanado de un presidente simulador y de oropel como es el Dr.Leonel Fernández. Estoy segura de que el PRD revisará la penosa posición de algunos de sus legisladores, a pesar de la posición personal sostenida por su secretario general. El PRD no tirará por la borda su permanente defensa de los derechos de la mujer dominicana. Por favor, sólo te ruego... no te sientas decepcionada aún. Démosle la oportunidad al PRD de reivindicarse cuando oficialmente emita una posición oficial emanada de un organismo autorizado, como es el caso de la Comisión Política.

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  2. Dolly es la obeja mas celebre del mundo, a pesar de que su clonacion demostro
    lo ineficiente de tal proceso. Puesto que a pesar de su apariencia juvenil,
    mantiene la remora celular de su ascendiente. La muerte prematura de esta joven-vieja o vieja-joven demostro lo ineficiente de tal proceso.
    Por eso, cuan equivodos estaban aquellos que tal orgullosos padres del Colegio Saint George, desvanecieron cuando Orlandito y Vitico devinieron en Secretarios
    Generales.
    Es que una clonación celular de la oligarquía sólo posee una “palm pilot” cardenalicia
    conep-tada a una inversión extranjera, donde realiza apuntes del diálogo “nacional”.

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  3. Nunca imaginé de Orlando tal conservadurismo. Siempre lo considera una "reserva" del PRD. Lo cierto es que el PRD y los demás partidos, pero sobre todo el PRD, está enfagados en el Articulo 30...

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  4. parte de que hay que respetar a las personas y no suponer cosas, o inventarse calificativos, están ustedes bastante desinformados. Por lo que he leido, parece que el Dr. Peña Gómez tendría más aprecio a los demás. José S.

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