domingo, 13 de septiembre de 2009

Para ahorrar, eliminemos derechos



Estaré de acuerdo sin pestañear con quien afirme, con o sin rotundidad, que el Estado dominicano gasta con un desparpajo obsceno lo que sale de nuestros decorosos y laboriosos bolsillos.

Y porque es así, secundo a Jaime Aristy Escuder, precandidato a senador del Distrito Nacional por el Partido Revolucionario Dominicano, cuando propugna en declaración reciente que el Estado mueva la colita para deshacerse de todo aquello que lo sobrecarga financieramente. Pero hasta ahí llego porque a seguidas hace una propuesta de ahorro que me parece social y políticamente descaminada: eliminar una serie de secretarías de Estado y de instituciones y concentrar sus competencias respectivas en una megasecretaría de la Familia.

La propuesta fusionista de Aristy Escuder me huele a absoluta incomprensión de lo que significó, hace casi 20 años, la caída del Muro de Berlín. Los martillos que terminaron con el muro no desmigajaron piedras: hicieron polvo una ideología que no reconocía más que dos actores sociales: el proletariado y una burguesía antropófoga.

Para ese derrotado modelo de interpretación social, del que participaban en el país las izquierdas radicales y el entonces centroizquierdista Partido de la Liberación Dominicana, el problema de las mujeres no existía como problema específico, como tampoco existían otros ajenos al polo proletariado-burguesía. A las mujeres se las empaquetaba junto con los niños, los envejecientes, los minusválidos, los enfermos de cualquier patología y hasta con las putas a las que había que “regenerar” para que no contaminaran la familia. Este paquete tumultuoso se enviaba en un vuelo charter teórico hacia la felicidad del socialismo que resolvería, todos juntos, los problemas de “La mitad del cielo” es decir, las mujeres.

Tantos años después, cuando ya nadie discute la pluralidad de la sociedad moderna y los nuevos sujetos sociales han logrado derechos que refrendan leyes nacionales y convenios internacionales, Aristy Escuder propone la creación de una secretaría de la Familia que succione las secretarías de la Mujer y de Juventud, el “Consejo Nacional de la Niñez” (que después de la aprobación por el gobierno de Hipólito Mejía de la Ley 136-03 se llama Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia), el Consejo Nacional para los Discapacitados (Conadis), el Organismo Rector del Sistema de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, el Instituto Nacional de la Vivienda (Inavi), Pro Comunidad, la Dirección General de la Comunidad, la Comisión Presidencial de Apoyo al Desarrollo Barrial, el Gabinete Social y el Despacho de la Primera Dama, “entre otros programas creados mediante Decreto”.

O sea, me digo frente a esta propuesta, que la calidad de sujeto que las Ciencias Sociales en ruptura con el marxismo-leninismo-estalinismo les reconocieron a las mujeres, a los jóvenes, a los niños y niñas, a los envejecientes, a los sin techo, a los pobladores barriales y a los marginales, por ejemplo, son para Aristy Escuder monstruos creados por el sueño de la razón democrática.

O sea, me digo también, que la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (ONU, 1981); la Convención sobre los Derechos del Niño (ONU, 1989); la Convención Iberoamericana de los Derechos de los Jóvenes (2005); la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad (2006); el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ONU, 1966), etcétera, todos firmados por el Estado dominicano y que, por tanto, forman parte del bloque de constitucionalidad dominicana, son mero papel reciclable para usos más higiénicos.

O sea, ahora me pregunto y no me digo, entre un posible candidato alérgico a la disidencia que conmina a abandonar el PRD a quienes no estén de acuerdo con Miguel Vargas Maldonado, y otro posible candidato que quiere anular todo lo que las mujeres –para hablar solo de mi género— han conseguido durante años de batallar constante contra izquierdas y derecha recalcitrantes, ¿por cuál voto?

3 comentarios:

  1. Nos quejamos de los politicos establecidos, pero los que vienen son peores. Las "nuevas generaciones" son igual o peor! Cual es la esperanza, hacia donde apuntamos?

    En EU vimos como presagio del fin del racismo la ascensión de Obama a la presidencia y ahora parece que se le ha dado a la gente el permiso para odiar y discriminar, solo que no se dice que se odia al Presidente, sino a sus politicas, pero los ataques son tan viscerales que no son otra cosa.

    En nuestra sociedad, con el art. 30 hemos visto lo mismo y Aristy Escuder, con su aroma a opus dei, significa mas de lo mismo o peor, posiblemente mucho peor!

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  2. Coge ahí Cordero; eso es solo poesía, todavía quedan tres años...se te caerá la mandíbula.

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  3. Para el anonimo ee las 15:48. Si conoces a la Cordero sabras que ni se le caera la mandibula, ni las manos y mucho menos la materia gris que acumula en el cerebro. Lo que si es segura que les seguira dando por el "pelao", y como dice un adagio " tanto da la goata en la piedra, hasta que le hace un hoyo", en tres anos les hara una tronera en las urnas.

    Educate infeliz, o sigue aprendidendo con la Cordero.

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