viernes, 9 de diciembre de 2011

López Rodríguez y un poema

Las declaraciones de Nicolás López Rodríguez sobre la protesta de los dominicanos de ascendencia haitiana frente a la Suprema Corte de Justicia, realizada este viernes, me hicieron pensar en escribir un artículo catártico sobre la perversión intrínseca al reclamo de respeto incondicional a la autoridad como dogma civil. De haber escrito me hubiera detenido en su afirmación hecha sin que se agitara un solo hilo de la mitra: "Estamos en la República Dominicana, así es que si la Suprema Corte de Justicia no tiene autoridad, quién la va a tener entonces".

Sí, pensé, estamos en la República Dominicana lastrada por la reptante doblez de los súcubos del poder instituido. Estamos frente a la dolorosa indefensión moral de un país que tiene en gente como López Rodríguez  voces referenciales. Pensé en  escribir sobre la hipocresía de la piedad católica que se predica en los púlpitos,  y sobre indisimulado y cerval  odio al “otro” que la contradice y desnuda.

Pero no voy a hacerlo, no por lo menos en este momento. Estos días de duelo me han dejado repleta de preguntas y no es esta noche la mejor ocasión para intentar respuestas, mías o ajenas.  O quizá no del todo, y sea oportuno y hasta higiénico  volver a un poema de Bertolt Brecht que dice así:

Da un paso al frente: oímos
que eres un buen hombre.
No pueden comprarte, pero el relámpago

que golpea la casa tampoco
puede ser comprado.

Mantienes tu palabra.
Pero ¿qué dijiste?

Eres sincero, das tu opinión.
¿Qué opinión?

Eres valiente.
¿Contra quién?

Eres sabio.
¿Para quién?

No persigues tu beneficio personal.

¿Qué persigues entonces?
  Eres un buen amigo.

¿Eres también un buen amigo de la gente buena?


Escúchanos: sabemos
 que eres nuestro enemigo. Por ello

te pondremos frente al muro. Pero en consideración

a tus méritos y buenas cualidades
te pondré frente a un buen muro y te dispararemos

con una bala buena de un arma buena y te enterraremos
con una pala buena en la buena tierra.


No me lo tomo literalmente, que no es el caso. Es un poema, un muy hermoso poema. Es todo.

3 comentarios:

  1. S el senor Lopez Rodriguez ve a los hermanos haitianos y a sus hijos nacidos en Dominicana como a enemigos, deberia de leer lo que dijo el que deberia ser su Lider, Jesucrist, registrado en el evangelio de Mateo 5:43 "Oyeron ustedes que se dijo:"Tienes que amar a tu projimo y odiar a tu enemigo".sin embargo, yo les digo Continuen amando a sus enemigos". Y en la primera carta del apostol Juan capitulo 4 versiculo 8 dice" El que no ama no ha llegado a conocer a Dios porque, Dios el AMOR". O sea senor Cardenal de la iglesia catolica, es ese el ejemplo que usted da amor y solidaridad con los desvalidoS? El fin que a usted le espera es peor que el del poema reproducido por la Sra. Margarita Cordero. Ojala yo pueda estar ahi para ver su destruccion. Su actitud es similar a los escribas y fariceos del primer siglo a los que Jesus llamo, "sepulcros blanquedos, pero llenos de huesos de muertos y de toda clase de inmundicia". " Por fuera parecen justos a los hombres pero por dentro estan llenos de hipocrecia y desafuero." No existe ninguna diferencia entre usted sr.cardenal y aquellos que calumniaron y mataron al hojo del Dios vivo.

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  2. Ohhh, estas "sutiles" excelencias del santo racismo eclesiástico, de la xenofobia en nombre de Dios. Los negros al redil y el cardenal a su cohorte...como si los tiempos fueran los mismos,como si el tic tac de la historia se hubiera paralizado en la evangelización secular. Hace unos años, bajo el tórrido sol del permanente verano quisqueyano observé como el cardenal recorría con sus bártulos y sirvientes, las calles del casco histórico de la ciudad. Le abanicaban con plumíferos, ahuyentando las moscas que se le posaban en su cara y me preguntaba si era parte de una tradición religiosa o una escena perpetuada, en la que el clérigo seguía asumido en su papel "impoluto" de viejo dinosaurio, mediatizando el presente. Era una escena casi jurásica. Y ahora veo que, aún hoy, desde sus criterios, desde su hipocresía, se conserva esa estampa...Sepa usted, excelentísimo, que el crimen también esta en la palabra, en sembrar la semilla del odio y de la intolerancia. Suerte que también siguen vivas las voces de los muertos...Venga usted, señor mío, a hacernos compaña, para que se silencie de una vez y por todas, tanta falacia.

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  3. que no se lo tomo literalmente ? cuenteme una de vaqueros !! aunque le aconsejo que no es conveniente atacar al cardenal.

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