Hace unas semanas, tal vez menos, Virgilio Bello Rosa expuso las razones por las cuales el equipo de Miguel Vargas Maldonado, y este mismo, quieren a Orlando Jorge Mera en la secretaría general del Partido Revolucionario Dominicano: dijo textualmente que el hasta hace poco titular de esa posiciòn haría sentir “cómodo” al presidente del partido porque tiene el sosiego, la serenidad y el talento que le permitirán a este realizar una labor exitosa.
No regateo a Orlando Jorge Mera su sosiego, serenidad y talento. Lo que no puedo afirmar es que la “comodidad” sea una condición-valor de la política, de la que conozco cada vez menos; de lo que sí estoy firmemente convencida es de que el disenso es el pilar fundamental de la democracia. Más aún: el disenso es la democracia.
Visto desde las gradas ciudadanas, el proyecto de partido que propugna Miguel Vargas Maldonado necesita de mucho más que de su plácida e imperturbada comodidad. Necesita de una visión crítica sobre el país, el gobierno, la sociedad y el PRD mismo.
Es decir, y encarnando al perredeísmo en su presidente, a Miguel Vargas Maldonado le urge un alter ego, un “otro yo”, que cumpla la función de mantenerle siempre alerta la conciencia crítica, no una alfombra sobre la cual él pasee sus incontestadas decisiones.
Ignoro cuál de los dos aspirantes a segundo al mando, si Orlando Jorge Mera o Guido Gómez Mazara, puede cumplir el papel de acicate crítico cuya falta condena al fracaso toda empresa política que se pretenda democrática. Me preocupa, empero, que Miguel Vargas Maldonado crea que cambiar al PRD es un parto por cesárea, anestesia general incluida, y no uno natural, complicado y con “fórceps”. Para prevenir su acomodamiento político debería saber lo que pensamos quines no tenemos certificados de depósito en su banco 2012: cambiar al PRD es un parto laborioso para el cual la respiración controlada ayuda, pero en el que deciden los pujos. Sea dicho, no es cómodo.
Si Miguel Vargas Maldonado y su entorno son políticos "modernos" sabrán que la modernidad política es un concepto complejo que, salvo total desvergüenza teórica, no puede ser reducido al humo artificial que acompaña el recorrido final por la pasarela de un acto proselitista ni a la proclamación verbal, con un énfasis semejante al del acto de contrición, de que se pertenece al siglo XXI; o de que, como el A Bao a Qu de Borges, se ha llegado a la irrepetible perfección por seguir, reptando por las escaleras, al otro espiritualmente evolucionado.
Hace exactamente cinco días, en el programa “Matutino Alternativo”, de Carmen Imbert, Eduardo Sanz Lovatón, que defiende fanáticamente las aspiraciones de Orlando Jorge Mera, mandó a los disidentes con las posiciones del Miguel Vargas Maldonado a abandonar el PRD. Nada democrático y mucho trujillismo, ahora transmutado en cualquier patronímico adjetivado.
Por suerte para mí, de “Perdonen la molestia” nadie puede expulsar mi disidencia y ni siquiera mi arrogancia. Reino solitaria en este blog y no necesito de un eunuco que me sirva de secretario general.
No regateo a Orlando Jorge Mera su sosiego, serenidad y talento. Lo que no puedo afirmar es que la “comodidad” sea una condición-valor de la política, de la que conozco cada vez menos; de lo que sí estoy firmemente convencida es de que el disenso es el pilar fundamental de la democracia. Más aún: el disenso es la democracia.
Visto desde las gradas ciudadanas, el proyecto de partido que propugna Miguel Vargas Maldonado necesita de mucho más que de su plácida e imperturbada comodidad. Necesita de una visión crítica sobre el país, el gobierno, la sociedad y el PRD mismo.
Es decir, y encarnando al perredeísmo en su presidente, a Miguel Vargas Maldonado le urge un alter ego, un “otro yo”, que cumpla la función de mantenerle siempre alerta la conciencia crítica, no una alfombra sobre la cual él pasee sus incontestadas decisiones.
Ignoro cuál de los dos aspirantes a segundo al mando, si Orlando Jorge Mera o Guido Gómez Mazara, puede cumplir el papel de acicate crítico cuya falta condena al fracaso toda empresa política que se pretenda democrática. Me preocupa, empero, que Miguel Vargas Maldonado crea que cambiar al PRD es un parto por cesárea, anestesia general incluida, y no uno natural, complicado y con “fórceps”. Para prevenir su acomodamiento político debería saber lo que pensamos quines no tenemos certificados de depósito en su banco 2012: cambiar al PRD es un parto laborioso para el cual la respiración controlada ayuda, pero en el que deciden los pujos. Sea dicho, no es cómodo.
Si Miguel Vargas Maldonado y su entorno son políticos "modernos" sabrán que la modernidad política es un concepto complejo que, salvo total desvergüenza teórica, no puede ser reducido al humo artificial que acompaña el recorrido final por la pasarela de un acto proselitista ni a la proclamación verbal, con un énfasis semejante al del acto de contrición, de que se pertenece al siglo XXI; o de que, como el A Bao a Qu de Borges, se ha llegado a la irrepetible perfección por seguir, reptando por las escaleras, al otro espiritualmente evolucionado.
Hace exactamente cinco días, en el programa “Matutino Alternativo”, de Carmen Imbert, Eduardo Sanz Lovatón, que defiende fanáticamente las aspiraciones de Orlando Jorge Mera, mandó a los disidentes con las posiciones del Miguel Vargas Maldonado a abandonar el PRD. Nada democrático y mucho trujillismo, ahora transmutado en cualquier patronímico adjetivado.
Por suerte para mí, de “Perdonen la molestia” nadie puede expulsar mi disidencia y ni siquiera mi arrogancia. Reino solitaria en este blog y no necesito de un eunuco que me sirva de secretario general.
Bueno Margot, estas en un posicion afectiva dificil, aunque tematicamente pueda ser correcta.
ResponderEliminarY a Llallo se le fue "la boca"...
TQM
En relacion a la posicion de Sanz Lovaton hay que entender su fanatismo, recuerden que Sanz Lovaton abandono el PRD argumentando una posicion anti releccionista y acompaño al Lic. Hatuey Decamps cuando fue a la tumba del Dr. Peña Gomez, en donde dijo aquella triste frase de ¨Mision Cumplida¨ ante la derrota del PRD en el 2004, el oportunismo y la falta de volores es algo muy de moda en el PRD, y mas aun cuando se trata de aquellos que regresan al PRD luego de renegar y maldecir esta organizacion y hoy vienen en busca del tesoro perdido y el camino olvidado, cuanta pena siento de la miseria humana y sobre todo de jovenes politicos que hablan de principios, modernidad y de un nuevo PRD.
ResponderEliminarMaggie lo que pasa es que el poder marea, trastoca, obnubila y todo unido nos hace perder la perspectiva. Pienso que un tanto le esta pasando al companero Miguel Vargas Maldonado.
ResponderEliminarPero de eso somos culpable el 90% de los perredeistas, especialmente los que claudican en aras de permanecer en el redil de del "jefe".
Es que nos hemos convertido en idolatras, pero yo creo que es mejor morir de pies, que vivir de rodillas.
Dinorah Cordero
Una opinión a la cual me suscribo, el líder máximo del PRD José Francisco Peña Gómez, siempre valoro y justiprecio la democracia no solo a fuera sino adentro del partido. Asumirse como democráta y ser humano de trascendencia no solo es de palabras y los actos de genuflexión que hagan los acólitos, sino son hechos y realidades constratables.
ResponderEliminarRuth Henríquez
Ruth Henríquez
Son profesionalidad y objetividad están nueva vez demostradas.
ResponderEliminar