El inventario de adjetivos calificativos es aturdidor por variado y rotundo: “inmorales”, “jevitos”, “metálicos”, “drogadictos”, “homosexuales”, “lesbianas”, “depravados”, “groseros”. Mejunje que cosmetiza la proclividad autoritaria, de abierta y conflictiva intensidad sexual, del cardenal López Rodríguez y sus acólitos, empeñados en domeñar (¿identificación "sado"?) a todos los diferentes que los asustan.
El reportaje publicado el pasado día 6, elaborado por una periodista inexperta y de una pobreza sintáctica y lexical pavorosa, no es sin embargo, lo más importante en este intento de articular una campaña que convierta al Parque Duarte en una extensión del Convento de los Dominicos. Importa tan solo en la medida en que es instrumento de una intención dicha con un lenguaje más cuidado en un editorial del periódico Listín Diario, secundado al día siguiente por un artículo del cardenal López Rodríguez, publicado en el mismo medio, que es epítome de la doblez política y social de quien lo escribe.
Las oraciones tortuosamente hilvanadas del reportaje son, simplemente, la punta del iceberg; una mala punta porque tanto desmerece de la inteligencia que los lectores, salvo que sean parte de la cruzada, habrán sonreído indulgentes en lugar de estremecerse de repulsión.
No perdamos de vista, sin embargo, que con el reportaje “El parque Duarte es un centro de promiscuidad”, el periódico Listín Diario busca ganar para su cruzada autoritaria a los sectores más hipócritamente mojigatos de la feligresía católica que circula por esos predios, y también a aquellos con poder para quienes la doble moral es el muelle colchón de su estatus público, que no privado, donde pasan cosas que ruborizarían al más consumado de los libertinos.
Por eso el reportaje, que vendría a demostrar “factualmente” lo que elucubran editorialista y cura, mezcla sin concierto todo aquello que entienden que puede ser atemorizante, estableciendo forzosas analogías con una ordinariez ella sí que repelente. Mientras más asustemos, dirán estos obnubilados cruzados, en mejor posición nos encontramos para recortar libertades ajenas que, insidiosas, carcomen los cimientos del poder estatuido.
Reparos conceptuales aparte –porque lo que importa no es demostrar la crasa ignorancia de quienes escriben sobre el tema—, resulta que meter en un mismo saco a “inmorales”, “jevitos”, “metálicos”, “drogadictos”, “homosexuales”, “lesbianas”, “depravados”, “groseros”, tiene el propósito de convencer a la gente de que está bajo la amenaza de una bomba de neutrones ibndiferenciados que no dejará piedra sobre piedra de la "moral" social jesuística. El recurso no es nuevo, sino harto conocido. En 1983, el mismo Listín Diario lo utilizó en una campaña contra las prostituidas a la que se asoció de manera casi eufórica, tanto que la extendió motu proprio a los homosexuales.
Hoy como ayer, la compulsión moral higienista conduce a la articulación de un discurso desapacible y absurdo. Llama, por ejemplo, a la alcaldía capitalina a clausurar el parque Duarte para “remoderlarlo”, olvidando que ya fue “remodelado” hace apenas tres años, cuando el síndico Salcedo lo despobló de árboles pese a la airada protesta de los vecinos. Pero me corrijo: absurdo pero no inocuo; la propuesta persigue edulcorar la píldora del secuestro de un espacio que pertenece a los ciudadanos y ciudadanas para convertirlo, si es que acaso pueden, en un espacio humanamente yermo y solo fementidamente aséptico, como todo, o casi todo, lo eclesial.
De nosotros y nosotras dependerá que, por la libertad ciudadana, este propósito no se concrete.
PD. La foto corresponde a la violación natusexual del parque Duarte por Roberto Salcedo, en mayo hará tres años. ¿Habrá algo más contranatura que esto que hizo Salcedo?
Sra. Margarita y no seria ahi, en el Parque Duarte, que el Cardenal Lopez Rodriguez consiguio la amante, a la cual le tiene una linea telefonica para ella sola?
ResponderEliminarO a lo mejor consiguio algun jevito, o talvez alguna puta que lo atendio.
Mal nacio es que es. Esos mald... digo benditos curas y el cardenal ya tienen a uno JARTOOOOOO.
Senores hay que hacer otra cruzada para salir de ellos.