domingo, 29 de mayo de 2011

Un país contra los jóvenes

Jordy me escribe sobre la desolación personal y social de los jóvenes. Él, que es una enternecedora mixtura dominico-francesa, me habla, y me incita a hablar, sobre las razones que impulsan a los que pueden –“incluso yo”, me dice— a abandonar el país y radicarse en el extranjero, sino definitivamente, sí por el tiempo más prolongado que les sea posible.

Quizá el dato que Jordy maneja no sea preciso, o si lo es está determinado por las mayores oportunidades económicas actuales de muchos jóvenes en comparación con las que tenían durante los gobiernos autoritarios de Joaquín Balaguer. Mas la percepción de mi joven amigo es categórica: ahora como nunca antes los cerebros se fugan. Para él, y en eso coincidimos plenamente, la huída obedece a la visión insegura, oscura e incierta que tienen los jóvenes del porvenir dominicano.

Y es paradójico, porque una mirada desapasionada sobre la realidad social y política de los últimos tres años sitúa a los jóvenes como la fuerza impulsora y protagonista de los movimientos sociales más exitosos de nuestros últimos y grises tiempos. Creativos, vitales, salieron a las calles los primeros a denunciar su malestar cuando la “bondad” de Leonel Fernández puso en libertad a la convicta Vivian Lubrano. Mientras los adultos hicieron mutis, cuando miraron hacia otro lado para justificar su indolencia, los jóvenes se ocuparon de gritar que las complicidades no son de recibo.

Y vino después la lucha contra la cementera en defensa de Los Haitises. Nadie lo hubiera creído y sin embargo ocurrió: estos jóvenes, mayormente de clase media, con sus guitarras, sus maneras de vestir, de hablar, de vivir la cultura de este siglo XXI que llegó cuando muchos eran niños o preadolescentes, terminaron doblándole el brazo al poder económico y político. Y fueron los primeros en la línea contra las apostasías de la democracia cuando la reforma de la Constitución. Y siguen siendo los primeros y más entusiastas en la lucha, que desconcierta al gobierno, porque se cumpla con la asignación legal del 4% del PIB a la educación.

De los jóvenes no puede hablarse como un grupo social indiviso. No, hay jóvenes y jóvenes, y las respuestas a los problemas personales y colectivos dependen mucho de la pertenencia social. Una cosa sí parece común, aunque no tenga las mismas consecuencias: la creciente insatisfacción con una sociedad que les ofrece muy poco o nada, que les cierra los caminos incluso a aquellos, entre los que se cuentan los amigos emigrantes de Jordy, que disfrutan de relativas holguras. Para la mayoría es el abismo.

Según estimaciones de población, y hasta los resultados definitivos del último censo, el 50.5 por ciento de la población dominicana tenía en 2010 menos de 25 años. ¿Puede un país vivir ajeno a lo que esto significa en términos sociales, culturales y humanos? ¿Puede un país permitirse ignorar las necesidades, sueños y expectativas particulares de más de la mitad de su población sin arriesgar peligrosamente el futuro?

3 comentarios:

  1. A la Barry Gold.

    Viajan raudas las nubes con el agua en el vientresobre la cordillera vertebrada y sedienta,la lluvia fresca y leve transluce todo el valle.

    Los pajaros le cantan a la tierra mojada
    A lo lejos se escucha la voz del campesino
    Acompasando el nombre de los bueyes atados
    Al surco y el arado Y es en la roca dura donde el cincel se clava buscando el corazón de la montaña

    Alla a lo lejos, bajo el rio de sangre de la mina y el dólar
    Ya no habitan los peces ni los niños que cargan los cantaros sin agua

    el niño, el rio, el ave están contaminados

    La Barrick Gold de nuevo los sulfuros, la infamia la servidumbre torpe que alimenta el sombrero del tejano

    La explotación, la venta, wall street, las ofertas

    La Isla es una sombra situada entre las piernas montañosas y altas del Caribe Antillano La mina, El Hombre y Yo no somos nada

    Ni la Patria y sus héroes somos nada
    Ni el poeta, ni el soldado, ni el revolucionario somos nada

    Alla, bajo la niebla espesa y el humo de las maquinas como un desgarramiento
    la cordillera tiembla de pavor y espanto solo el oro es valioso y es su brillo la causa

    y ese rio de sangre que brota de la mina es el llanto del indio y dolor de la Patria
    El estruendo se escucha bajo la tierra seca
    Y el vasallaje planta su bandera de muerte

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  2. Tus escritos son incandescentes. Agradezco a mi gran amigo Luis Tomás Baez Brugal por haberme enviado tu enlace.

    Te invito a que entres a "Nacida en La Era" mi blog re mi niñez durante la dictadura. Aquí va el enlace http://nacidaenlaera.blogspot.com

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